24/3/10

La creación de Narciso


No se cuando sucedió que hemos separado nuestros caminos. Éramos uno solo, mente, cuerpo y espíritu, sin embargo, con un ansia de conocimiento, tener el poder frente a lo que no se comprende, no sentirnos vulnerables frente a tantos depredadores. Cuerpo frágil en comparación con el resto, ¡teníamos que sobrevivir!, ese era el fundamento racional en contra de tantas perdidas. La razón por sobre la emoción. Pero aún así éramos uno, en sintonía con aquello que venerábamos, sea uno o varios, según el lugar en que un pedazo de nosotros habitaba.
El temor a lo desconocido, el temor a la perdida. Nuestros cuerpos ya no vuelven a su origen.
Buscando la pertenencia a lo que hemos olvidado, nos sentimos vacíos, porque hemos olvidado cómo mirar, observar, escuchar. Hemos olvidado quiénes somos, en un intento de ser parte de un espejismo que hemos creado ante la perdida de identidad. Siempre justificando lo injustificable, por el bien. El bien de quién o quiénes.
La muerte era un paso más de nuestras existencias, ahora se ha transformado en el miedo que nos gobierna y nos hace buscar la manera de ser menos vulnerables. ¡Y qué decir del amor!, también se ha vuelto en una demanda a la subyugación del otro a nuestros temores, a llenar el vació que nosotros mismos hemos creado.
Caliz y espada, vida y muerte, amor y odio. En qué nos hemos transformado, que hemos perdido la perspectiva de hogar. La fe en nuestra naturaleza, que es una la que gobierna el equilibrio.
Intentamos conceptualizar aquello que no podemos explicar, emociones turbulentas que no podemos manejar, entonces, teorizamos engañándonos y aquello tan grandioso que se nos ha otorgado lo hemos utilizado para subyugar al otro, porque estamos envueltos en un circulo vicioso, donde la ley de Darwin se ha interpretado a nuestro antojo y terminamos subyugando todo hasta el principio, de donde proviene nuestra existencia, nuestro hogar.
Está bien conocer, y adaptar la naturaleza para la sobre vivencia, pero ¿está bien adaptar la naturaleza para la destrucción en un arrebato de nuestro narcisismo?. ¿Necesitamos tanto el espejo para reforzar lo que nos hemos contado a través de nuestra historia?, ¿es tan poco nuestro amor por nosotros? ¿somos capaces de vislumbrar que este mirar continuamente nuestra imagen en un espejo, hemos perdido la capacidad de mirar a nuestro alrededor y lo que estamos creando? ¿Tendremos el mismo final de Narciso?.
Mente, cuerpo, espíritu en comunión con lo que nos rodea, aquellas viejas historias, leyendas y mitos, que eran narradas a través de los tiempo, donde la magia y lo divino eran el equilibrio a la naturaleza, hasta que lo trasformamos en temor, en este afán de “civilizarnos”, ser diferente, subyugar, subyugarnos…
¿Es tanta nuestra pérdida, que hemos embestido nuestra añoranza en libros?, que cada vez son más místicos, donde se narra lo que deseamos y hemos perdido. Criaturas etéreas e inframundos explican nuevamente aquella parte que olvidamos y evadimos nuestra realidad sumergiéndonos en aquello que creemos que es imposible tenerlo ¿Por qué?. Siento que es miedo, a qué, creo que ni nosotros mismos somos capaces de decirlo.
Guerras, siempre han existido, desde que comenzamos a formar grupos, pero ¿guerras apocalípticas? Donde ya no nos interesa el bienestar de los otros, ni siquiera el nuestro, por temor o avaricia frente a lo que es el otro. Ahora si miramos hacia la naturaleza, terremotos, tormentas, tornados, etc., también han existido, como las diferentes bacterias, hongos, virus, etc., que son parte de la vida. Pero también tenemos esa pretensión de doblegarlo. Pero lo más triste de todo, que ni siquiera por la supervivencia, sino que en adoración a un metal o pedazo de papel que no puede comprar lo que hemos perdido, sin embargo, lo adoramos igual, porque nos hace poderoso frente al otro y olvidamos lo principal, nuestros orígenes, nuestra historia y como la narramos según nuestras diferentes experiencias.
El cambio que hemos sufrido en la actualidad, en qué o quiénes nos hemos convertido, es a tal magnitud que tememos mandar a nuestros hijos al colegio, rogando por que no le suceda nada, ni pandillas, ni extraviados, ni perversos, solo el gozo de aprender, conocer. Salir, sin el temor de ser atacados y sin siquiera saber el momento. Ser vulnerables con nosotros mismos, ya ni siquiera con aquello que no podíamos explicar o otra especie de nuestro hogar, no ahora somos vulnerable frente a nuestro cambio. ¿Quién se arriesga a amar, en esa entrega respetuosa del otro, sin temor a ser subyugado o subyugar?
Cada vez más los foros se están llenando con pensamientos de tristeza y abandono, perteneciendo e identificando con aquello que añoramos, pero perdido en la incertidumbre de la vida y el sufrimiento.
Suicidios incomprensibles, por perdida, sea del amor, esperanza. Asesinatos, ufff, así podría enumerar un montón de cosas y eventos que erizan los pelos pensando en el mañana y en el mañana de la otra generación.
Hoy me llego un correo muy clarificador, donde la idea principal es la elección de nuestras vidas. Nosotros somos dueños de ella, tenemos un derecho sobre ella y un deber también, depende de nosotros como la vivimos y como narramos nuestra historia, sea del lado de la victimización, del agresor o de quien aprende de los distintos eventos que nos suceden a lo largo de nuestra existencia, sea larga o corta. Si no me puedo amar, cómo puedo amar.
En las diferentes culturas y creencias, siempre ha existido un mandamiento muy sabio, amar al otro como uno mismo. Que simple y tan difícil de llevar a la practica. Amar, significa respeto, comprensión, aceptación, entrega y algo grande, una sensación que sólo nuestra alma o espíritu reconoce y que aún no podemos “conceptualizar”. ¿Nos respetamos, nos aceptamos, nos comprendemos, nos entregamos y sentimos ese reconocimiento del alma por nosotros mismo?, creo que son pocos los que han llegado a tal comprensión del amor y muchos los que pensamos que hemos o estamos amando y menos los que reconocemos que no tenemos idea del amor.
Hoy quise escribir sobre esto, después de una conversación intentando comprender una acción. Mi conclusión fue el narcisismo en que nos hemos sumergido que nos separa de quienes somos realmente ignorando el equilibrio que todo sistema posee. Quizás tengamos el mismo final, quizás no, todo depende de que tan lejos dejemos el espejo y aceptemos lo que realmente somos. A quien pertenecemos y reconozcamos lo que nos atemoriza. Y volvamos a formar aquel vínculo que mantiene lo natural. Es decir, de que decisión tomemos de nuestras vidas y de nuestra existencia.



Encontré estas imagenes, navegando en internet, asi que agradecer a sus creadores y aquéllos que la subieron. Además de una canción de Nighwish traducida, que a pesar de no pertenecer a esa cultura, el sentimiento es mutuo, agradecer a quienes se dieron el trabajo de traducirla, subtitularla y subirla a youtube.



Nightwish Creek Mary's Blood y Dark Chest of Wonders (End of An Era)

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